Las restricciones sanitarias han afectado fuertemente a las mujeres, en especial a aquellas que son madres, impactando en su empoderamiento económico y aumentando la brecha de género
Una de las muchas consecuencias que provocó la pandemia es el aumento de la brecha de género, marcado principalmente por la pérdida del empleo a raíz del cierre de los establecimientos educacionales, en especial de salas cuna, que llevó a muchas mujeres a dejar su trabajo para cuidar de sus hijos o de algún familiar.
Así lo confirma la última entrega de la Encuesta Nacional de Empleo del trimestre móvil febrero-abril que elabora el INE, cuya tasa de desocupación femenina alcanzó un 10,9%, situándose por encima de la tasa de desempleo nacional (10,2%), mientras que la de los hombres bordea el 9,8%.
Por su parte, el PwC Women in Work Index mostró que el empoderamiento económico de las mujeres retrocedió un 13%, alcanzando los 42,7 puntos y situando a Chile en el lugar 31 de un total de 33 naciones. Nuestro país es el que registró la mayor caída en pandemia a nivel OCDE.
En este contexto, María Jesús Gatica, Directora Académica de Redlearning, hace hincapié en la relevancia de la capacitación de las mujeres para la inserción laboral y expresa que “es importante para todas las mujeres que han visto postergados sus estudios por asumir roles sociales asignados, como la maternidad, cuidado de niños y ancianos, entre otros; que sepan que existe una enorme oferta formativa, según los tiempos y desde el lugar que sea”.
La docente de Redlearning agrega que “Hemos tenido estudiantes que, aprovechando su licencia laboral por maternidad, han decidido estudiar un curso para sumar formación de primer nivel, con el fin de que al retornar baje la incertidumbre sobre un eventual despido”.
Así, la capacitación a través de la metodología e-learning se asoma como una solución para combatir las brechas de género en el mercado laboral y los efectos de la crisis sanitaria en la autonomía económica de las mujeres. De acuerdo con la Cepal, “para una recuperación post-pandemia, es imprescindible fomentar la inclusión de las mujeres en los trabajos del futuro”, para lo que se debe fomentar la participación femenina en áreas STEM, tanto académicas como técnicas.
La distribución desigual de los quehaceres del hogar y los roles de género se han hecho más notorios con el confinamiento, en donde la mujer es quien termina asumiendo su trabajo, las tareas domésticas y el cuidado de los hijos en gran parte. Por otro lado, según un informe de la Universidad de los Andes, existe una “discriminación directa hacia la maternidad”, que se traduce en brechas salariales entre mujeres que son madres y mujeres sin hijos, a pesar de contar con estudios similares y experiencia dentro de una misma empresa.
De acuerdo con datos de ONU Mujeres, esta brecha salarial entre madres y mujeres sin hijos se debe a la visión de que la mujer es la primera cuidadora, que ante urgencias médicas o asuntos escolares es quien debe ausentarse en el trabajo. A raíz de esta concepción, muchas madres optan por jornadas más cortas, lo que afecta su disponibilidad en el empleo y su salario, imposibilitando la ascendencia laboral.