La Superintendencia de Educación, entregó datos preocupantes, sobre denuncias por convivencia escolar en Chile: Durante el tercer trimestre de 2024, las denuncias relacionadas con la convivencia escolar alcanzaron un récord histórico, sumando un total de 8.864 casos. Un aumento de un 1,3% respecto al año anterior y es la más alta desde que se tiene registro», comentan desde Acción Educar.
Desde la fundación, también revelaron que las denuncias por ciberbullying alcanzaron 664 al tercer trimestre de 2024; un aumento de 15,5% respecto de las denuncias del mismo periodo en 2023.
Para la académica de la Escuela de Educación de la Universidad de los Andes, Andrea Pardo, en primer lugar, se debe entender que la escuela es un reflejo de la sociedad, “y si estamos en una sociedad cada vez más violenta, la escuela intenta, por todos los medios, de trabajar en pos de enseñar a resolver conflictos de modo pacífico, sin embargo, la propia escuela también formada por personas, por familias, que están en lo cotidiano inmersas en la sociedad, y viviendo a diario maneras de vincularse, de entenderse, de convivir que muchas veces carecen de regulación y que son a veces violentas y claramente eso permea a la escuela”, explica.
¿Cómo revertir esta situación?
Andrea Pardo señala que, en primer lugar, es fundamental contar con más espacios de participación conjunta. La académica explica que la evidencia demuestra que, cuanto mayor sea la participación de los padres, la escuela, los miembros de la institución, los profesores y los estudiantes, mayores serán las oportunidades de diálogo. Esto, a su vez, fortalece el sentido de pertenencia a la comunidad escolar.
Además, para Pardo, es esencial especificar, visualizar y socializar las normas de la escuela, aquellas que son construidas y compartidas por la comunidad educativa. Estas normas deben incluir límites claros, así como las consecuencias asociadas a su incumplimiento, las cuales deben ser respetadas y aplicadas de manera consistente.
Esa es la manera en que la escuela va “modelando una regulación”, una autorregulación. ¿Y qué implica la autorregulación? “Implica comprender que los estudiantes pueden sentir lo que quieran; sin embargo, lo que hacen con esas emociones tiene que ser canalizado”, finaliza la académica UANDES.