Las alergias primaverales ocasionan una serie de malestares como congestión nasal, lagrimeo ocular y la picazón de la garganta, entre otras manifestaciones de la rinitis alérgica. Para combatirlas existen los medicamentos clasificados como antihistamínicos que controlan estas reacciones, pero no hay que utilizarlos sin prescripción médica.
Los antihistamínicos son medicamentos muy utilizados en esta época del año por la agudización de estados alérgicos, particularmente la rinitis con todos sus malestares asociados principalmente a la congestión nasal. Estos productos actúan sobre receptores de histamina (H1) que es la causante de las reacciones alérgicas.
Clarissa Gondim Porto, académica de la carrera de Química y Farmacia de la Facultad de Medicina y Ciencia de la U. San Sebastián, explica que existen “los antihistamínicos de primera generación que son los más antiguos y se trata de compuestos como Clorfenamina que se utiliza para aliviar los síntomas de reacciones alérgicas más complejas.
Además, señala que “actualmente, existen otros antihistamínicos que son más efectivos y producen menos efectos adversos. Estos productos fueron clasificados como antihistamínicos de segunda y tercera generación y se trata de Cetirizina, Loratadina, Desloratadina y Levocetirizina”.
Uno de los efectos que provoca la clorfenamina es la sedación y por eso, la Químico Farmacéutica advierte que “no debe combinarse como medicamentos como las benzodiacepinas, que son medicamentos ansiolíticos. Tampoco con otros productos sedantes porque se genera un efecto sinérgico aumentando la sedación”.
Efecto prolongado
Con menos efecto sedante se encuentran los antihistamínicos de segunda generación. Dos de los más conocidos son la Desloratadina y Loratadina. La académica explica que la primera es un metabolito activo de Loratadina y la única diferencia entre ambas “es que tiene un tiempo de vida media más prolongado. Es decir, permanece por más tiempo extendiendo su acción en el organismo”.
En la época de primavera, este tipo de compuestos son más útiles porque amplían su acción terapéutica. La dosis recomendada para un adulto es de un comprimido al día, siempre de acuerdo a la posología determinada por el médico tratante considerando el cuadro de alergia que presente el paciente
“La Levocetirizina es un antihistamínico considerado de tercera generación. Generalmente se recomienda utilizar en pacientes pediátricos”, indica la Químico Farmacéutica. También está indicada para prevenir alergias respiratorias y en la piel.
Clarissa Gondim precisa que asociada a algunos antihistamínimos se encuentra la asociación con la Pseudoefedrina que es un “agonista adrenérgico y lo que hace es descongestionar la mucosa nasal. Sin embargo, uno de los efectos adversos de la Pseudoefedrina es el aumento de la presión arterial”. Por este motivo, es que las personas con hipertensión arterial no deben usar un antialérgico que contengan este fármaco.