Por: Hugo Pérez White
La vejez es una etapa de la vida a la que muchas personas quisieran llegar como parte de su existencia, pero, cuando el tiempo aparentemente se detiene y reflexionamos un instante de las experiencias vividas, éxitos y fracasos, recién entonces, nos damos cuenta que las campanadas de media noche ya están anunciando que el sueño se va terminando y la ilusión de las luces brillantes que se veían juguetear a lo lejos, dejan de hacernos un guiño cariñoso como lo hacían en las noches de jolgorio y las bellas melodías que invadían las calles rasguñando los acordes estridentes de sus violines trasnochados, se percataron que los son sonidos se apagaron lentamente hasta perderse en el horizonte y no se percataron que venía la cuenta regresiva y que silenciosamente llegaba a nuestro camino y cuando quisieron recapacitar, ya era demasiado tarde y no hubo el tiempo suficiente para realizar los proyectos programados y realizar nuevas actividades.-
Cada mañana al despertar y cuando el sol aparece en el horizonte, nos encuentra con las manos aún adormecidas y su tibieza permite canalizar la energía que proyecta y esta simbiosis calórica nos predispone a caminar por las apacibles calles del recuerdo es cuando levantamos la mirada al cielo y recién oteamos el horizonte como queriendo alcanzar el arco iris que se pega en el cielo y no alcanzamos a percibir que es sólo una ilusión óptica, pero, no por eso menos valedera y tratamos de conquistar y juguetear con sus alegres colores como si fuera un violín que emite hermosas melodías en cada arcada que el artista da a sus cuerdas.-
La vejez va llegando silenciosamente y ahora en el recodo del camino nos aprontamos a esperar resignadamente el final de nuestra existencia, deseando que sea en paz y con la tranquilidad espiritual que hubiésemos esperado tener en el transcurso de nuestras vidas con la dignidad necesaria para afrontar esta difícil etapa de la vida que se va deteriorando estrepitosamente desde el momento que ingresamos al sector de la tercera edad y con el paso del tiempo pasa a ser sinónimo de la pobreza y desde ese instante se produce un quiebre emocional importante que va decayendo progresivamente hasta comunicarse con la muerte y ésta no es la solución que se merecen los que están cerrando su círculo vital, actitud indolente de los organismos estatales y de los encargados de las finanzas del país que se concentra en recaudar fondos para aumentar la caja fiscal sin darse por aludidos de la existencia de un vasto sector que espera mejorar sus condiciones de vida y que pese a ello, no se preocupan de darle las soluciones que se merecen como parte integrante de esta sociedad.-
Los políticos que ejercen el poder nos hacen creer que somos solidarios y que vamos alcanzando el ansiado desarrollo económico sólo para estar en el concierto internacional de los países desarrollados que sí lo son y descuidamos las propias necesidades que tenemos como pueblo que aspira a vencer las dificultades propias del desarrollo como son al egoísmo y la inequidad existente.-