Por: José Luis Scerri, gerente general de EF Education First.
Además de los desafíos propios de la enseñanza en un mundo cada vez más conectado y con la presencia de un mayor número de dispositivos, profesores y estudiantes se ven enfrentados diariamente a distintas dinámicas durante el proceso de educación. Uno de estos espacios en donde es más visible, producto de la infinidad de estímulos existentes, es en el aprendizaje de un idioma como el inglés.
A pesar de los múltiples esfuerzos que se han realizado por contar con estudiantes mejor preparados para su inserción en el contexto actual -laboral o académico para aquellos que aspiran a continuar sus estudios en el extranjero-, aún hay indicadores que debemos observar con atención. De acuerdo al último Índice de Dominio de Inglés EF o English Proficiency Index (EF EPI por sus siglas en inglés), Chile se encuentra en los últimos lugares en el ranking de Latinoamérica entre los 15 y 20 años. En habilidades de lectura está en el nivel A2 (usuario básico) y en B1 (usuario independiente) en el componente de escucha. Aquí es sobrepasado por Argentina, Brasil, Colombia, México y Perú. A continuación de nuestro país sólo se encuentran Venezuela y Ecuador.
No existen dudas. El dominio del inglés continúa siendo un indicador clave en términos de competitividad, tanto individual como nacional. Entre más alto es el dominio del idioma, más positiva es la correlación con mejores ingresos, posibilidades laborales, conectividad y calidad de vida, sin mencionar ambientes muchos más dinámicos de negocios. Por esto, urge diseñar nuevas formas de captar la atención de los alumnos, que se están acostumbrando a un mundo donde todo es instantáneo, donde el concepto de unboxing (el mismo que tomó fuerza a través de Internet con usuarios que suben videos abriendo las cajas de sus compras tecnológicas) también forma parte de sus nuevas necesidades de interacción, en especial en lo referido a conocer un nuevo idioma.
En este proceso importa que tanto profesores como alumnos tengan el mismo entusiasmo, que su aproximación al conocimiento sea desde una vereda integrativa e interdisciplinaria, abierta y con sentido. Para los docentes, actualmente existen técnicas como Project Based Learning, que consiste en enseñar inglés a través de proyectos diseñados para impactar al estudiante y al mundo. También está el Service Learning, basado en incorporar el idioma en la realización de tareas y servicios para generar una mayor cercanía con estructuras gramaticales y vocabulario, así como el Content Language Integration, cuyo objetivo es enseñar inglés a través de contenidos, lo que cobra relevancia a la hora de aprender asignaturas en carreras como Física, Periodismo o Finanzas en inglés, por nombrar algunas.
En un mundo con múltiples generadores de contenido, con información a la mano y con más del 50% de los sitios web en idioma inglés, necesitamos saber cómo dar el salto definitivo para que nuestros estudiantes, la futura generación de mujeres y hombres de Chile, puedan desenvolverse con confianza y un amplio conocimiento del idioma. No hay duda que serán estudiantes y profesionales mucho mejor preparados para un mundo competitivo y que demanda personas preparadas para enfrentar desafíos con una mirada global.