Por: Hugo Pérez White
Es alentador para los padres y apoderados de los alumnos que estudian en los colegios de Chile, que a estas alturas del siglo, se hagan cambios estructurales a la educación porque se necesita, sin mayores dilaciones y sin oposiciones estériles, porque la dialéctica negativa puede retrotraernos en el tiempo una vez más y dejar la sensación de angustia y desesperanza, dualidad sentimental no apta para conseguir la felicidad ya que el hombre en su entorno social necesita herramientas ágiles y modernas para asumir su rol de ciudadano eficiente y comprometido consigo mismo con su familia y la sociedad.-
Las buenas intenciones no bastan para revertir una situación adversa y ahora más que nunca se necesitan buenos argumentos y mentes brillantes que sean capaces de auscultar la metodología que más nos convenga actualizar o innovar y que nos permita superar el déficit educacional existente que desgraciadamente parece ser una realidad, proceso negativo que a todas luces hay que revertirlo a la brevedad y proyectarlo a largo plazo.-
La educación es un proceso prioritario para las familias que quieren para sus hijos las mejores oportunidades profesionales para insertarlos al mundo globalizado lleno de exigencias técnicas y académicas, en el cual estamos claramente disminuidos en el concierto internacional.-
El rol que deben jugar los padres en la formación de sus hijos exige una mayor participación de los progenitores en el proceso educativo de las escuelas y no dejar en manos de los directores y profesores toda la responsabilidad pedagógica y administrativa de los colegios para luego criticar negativamente el accionar de los cuerpos docentes y culparlos de la violencia física y verbal que se vive en muchos colegios que están afectando seriamente la personalidad de los alumnos que han tenido que soportar maltratos y discriminaciones que influyen en su vida adulta y su convivencia familiar con resultados negativos que bien pudieran evitarse si los padres participaran activamente en la toma de decisiones y compartir las responsabilidades en el uso más racional de los dineros recibidos por parte del estado a través de las subvenciones escolares y esto es válido para las escuelas particulares subvencionadas y para las escuelas dependientes de las municipalidades.-
Los padres deben tomar conciencia que tener un hijo es adquirir una responsabilidad única e indisoluble y se debe velar a cada instante por un eficiente desarrollo físico, mental y social.-
Para lograr estos objetivos tenemos al estado que nos ayuda a concretar estos anhelos y entre ellos está la educación que se ofrece desde los primeros meses de vida de los niños, pero, eso no significa desentenderse de su formación emocional otorgándole el amor, afecto y cariño que necesita un niño y no llevar sus traumas y frustraciones a la escuela desatándose muchas veces la violencia que afecta en última instancia a toda una comunidad escolar.-
Los vínculos y afectos familiares son fundamentales e imprescindibles para lograr la estabilidad emocional de nuestros hijos y ello se puede proyectar positivamente en las aulas escolares si se cuenta con la colaboración de los padres en la formación de valores los cuales se verán incrementados por la acción pedagógica que los establecimientos educacionales entregan a sus alumnos.-