Por: Hugo Pérez White
La muerte nos puede llegar en cualquier momento ya sea al cruzar las calles de nuestras ciudades o al manejar vehículos por las carreteras del país y en cualquier circunstancia inimaginable.-
Los accidentes que más impactan a la población se producen por la conducta irresponsable de los conductores de vehículos motorizados que manejan en estado de ebriedad o con algunos grados de alcohol en la sangre y también por los peatones que andan distraídos hablando por celulares o escuchando música como si estuvieran en otro mundo y cruzando las bocacalles con semáforo mirando al suelo poniendo en peligro sus vidas.-
Se sabe universalmente que la ingesta de alcohol y el consumo de drogas son productos que alteran los niveles sicométricos de las personas y producen cambios conductuales provocando muerte y desolación en las carreteras.-
Cada vez que el calendario nos ofrece la oportunidad de salir de vacaciones en una temporada de verano, las familias se alegran cuando los padres les comunican a sus hijos que están prontos a gozar de un viaje a la costa u otro lugar que signifique salir de las ciudades.-
Los niños le comunican la nueva a sus amigos, la mamá llama a sus familiares y el jefe de familia hace revisar el auto para darle seguridad a su familia por quien tanto ha trabajado y que desea hacerla más unida con estos momentos tan ansiados de jolgorio y distracción anímica y emocional.-
Todo marcha a pedir de boca y se emprende la marcha con la mejor de las ilusiones y nadie hace presagiar siquiera una pequeña falla en el vehículo y menos en el conductor quien responsablemente toma todas las precauciones del caso para no tener inconvenientes en el camino y de pronto se ven envueltos en un accidente carretero donde todo termina en desolación y muerte por la imprudencia del conductor que maneja en sentido contrario y el otro que quiso adelantar al que lo predecía cuando las indicaciones de carreteras no lo permitían o aquellos que chocan con un caballo u otro animal que intempestivamente se cruza en la carretera y se produce el impacto mortal que lamentablemente nos deja dolor e impotencia.-
También los que caen en la euforia de las drogas o el alcohol son un peligro en potencia y muchos accidentes hemos tenido que lamentar por la imprudencia de estos conductores.-
Las estadísticas que nos han dado a conocer Carabineros a cargo de controlar justamente a estas anomalías que son frecuentes en las carreteras, nos indican que la mayor parte de estos accidentes se producen por la irresponsabilidad de los conductores que manejan en estado de ebriedad e incluso con poca gradación alcohólica en la sangre que la ley no los castiga como corresponde a pesar que la mente se distorsiona aunque sea en forma imperceptible, tergiversa los reflejos y demora en fracciones de segundos la toma de decisiones del momento.-
En buena hora la opinión pública en general y los deudos que han perdido a sus familiares y seres queridos en múltiples accidentes carreteros y en otros sectores también, se sienten interpretados por la buena intención de las autoridades que tienen en sus manos la posibilidad de hacer justicia humana contra los asiduos a consumir bebidas alcohólicas y drogas por añadidura para que tomen conciencia del peligro que constituyen para la sociedad el manejar en condiciones anormales de temperancia y castigarlos con la caducidad de por vida de los documentos que los autoriza para conducir vehículos motorizados y se les impida manejar de por vida.-