Por: MORIS BERACHA
Barreras de plexiglás, tomas de temperatura, uso de mascarillas de manera obligatoria y tests aleatorios de detección del virus, son algunas de las medidas que debieron adoptar aquellos market markers que tienen la fortuna de interactuar nuevamente en las instalaciones de la Bolsa de Valores de Nueva York, en Wall Street.
Hasta los momentos solo se conoce que un número cercano a los 30 brokers son los únicos autorizados a permanecer en las instalaciones de la sede, sumándose al 25% de los trabajadores de estos espacios que iniciaron sus labores desde hace algunas semanas.
Lo cierto del caso es que el habitual ambiente de bullicio y ruidoso que caracteriza a estos espacios no es el mismo, por lo menos, en un periodo que aún no se define. Las pautas serán establecidas por la evolución de la pandemia.
Entre otras condiciones que les han sido solicitadas a los brokers, se encuentra el no tomar transporte público para desplazarse hasta Wall Street, además de que se les está exigiendo firmar una cláusula en la cual libran de responsabilidad alguna a la NYSE, en caso de que lamentablemente contraigan la enfermedad en las instalaciones del recinto bursátil.
Vociferar las operaciones, tal y como se acostumbra a hacer en la Bolsa de Valores de Nueva York, es cosa del pasado. Por un lapso aún no determinado, las transacciones son llevadas a cabo a través de dispositivos electrónicos portátiles. Ello, sin duda alguna, le quita algo de magia al espectáculo que significaba presenciar a los corredores gritando en medio de alguna que otra operación.
La decisión de reactivar paulatinamente y de manera presencial las actividades de la NYSE son el resultado de la presión ejercida por los operadores y clientes para que los market makers reiniciaran las actividades, en razón de que en el mercado bursátil se inicia la etapa de los resultados trimestrales.
El tercer viernes de los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre hay una actividad conocida como el triple whitching hour, y es el momento en el cual vencen los futuros del índice bursátil, las opciones de índice del mercado de valores y las opciones de almacenaje. Es decir, hay movimiento fuerte en la Bolsa.
Así que con fuertes medidas, en lo que se refiere a distanciamiento social, la Bolsa de Valores de Nueva York comenzó nuevamente a cobrar vida. Tanto que el primer día de julio inició la jornada con ligeras subidas.
Los índices aumentaron un poco antes de la apertura tras conocerse los avances en la vacuna del coronavirus. Pfizer, que llegó a dispararse 7%, junto con la alemana BioNTech anunciaron resultados positivos en el ensayo en fase inicial realizado en humanos.
Noticias positivas, habrá que ver cómo siguen impactando los índices y la dinámica de Wall Street.