Por: José Albuccó académico de la Universidad Católica Silva Henríquez.
El Día del Patrimonio Cultural 2020, instaurado el año 1999, será diferente a todos de los que se haya tenido memoria. Esta tradición, que permite a las personas el acceso gratuito a espacios patrimoniales culturales y arquitectónicos, con distintas experiencias y actividades a lo largo de nuestro país, este año estará marcado por la pandemia del Covid-19. Crisis sanitaria que ha evidenciado, por sobre todo, la vulnerabilidad de los chilenos, nuestro patrimonio más importante.
El virus, que hoy está circulando en nuestro medio ambiente, afecta especialmente a las personas mayores y enfermos de base con una insuficiencia respiratoria que puede provocarles la muerte. Nuestros mayores, que han sido parte de la memoria colectiva de nuestra cultura, tesoros humanos vivos, hoy están en riesgo. Todos estamos en riesgo de perderlos.
En este especial tiempo que estamos viviendo, la invitación es a reflexionar sobre nuestra salud como parte de nuestro patrimonio colectivo. Un bien que, sólo cuando lo perdemos, lo valoramos en lo personal y social en su total mérito.
Recordemos que hoy la salud es entendida no solo como la ausencia de enfermedad, sino como un estado de completo bienestar físico, mental y social. Desde hace más de 50 años, se reconoce que la educación, la vivienda, el medio ambiente, el trabajo digno, la alimentación, el acceso a la cultura y al sistema de salud son determinantes del bienestar. En otras palabras, el lugar donde naces marcará tus posibilidades de tener un mayor o menor bienestar.
Hoy el patrimonio de la vida está amenazado por un virus que no se ve, que transmitimos de persona a persona y que ha evidenciado nuestras perversas inequidades en educación, vivienda, acceso a la información oportuna y veraz, y a atención sanitaria oportuna y de calidad. Así, esta crisis ha mostrado la cara más amarga del modelo que hemos construido, con una falta de fraternidad con el otro y su realidad.
En estos días, que se han hecho cadenas para aplaudir a los funcionarios de la salud y a todos aquellos que continúan trabajando diariamente por el bienestar de los ciudadanos, es también preocupante ver que muchas veces depositamos en el otro la responsabilidad personal de cuidar y cultivar nuestra salud. Así, hoy, cuando tememos enfermar y, en algunos casos, morir, el llamado es a cuidarnos a diario, ya que también es responsabilidad de cada uno de nosotros dicho bienestar.
En esta particular conmemoración del Día del Patrimonio Cultural podremos visitar, solo virtualmente, edificios y museos, o ver obras de teatro. Sin embargo, la invitación principal es a que reconozcamos nuestro bienestar colectivo como un bien cultural y patrimonial. Que aprendamos de esta difícil experiencia y valoremos el mayor patrimonio que tiene una sociedad: sus personas y su comunidad.