COVID-19, Hacia una vigilancia epidemiológica activa y centrada en los ciudadanos

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Por: Antonio Martínez / Senior Manager de Deloitte

Según la OMS desde el 31 de diciembre de 2019 al 7 de marzo de 2020, hay más de 100.000 casos confirmadas de coronavirus en 94 países y casi 3.500 muertos.

El COVID-19 está causando también impacto en la economía con la reducción de las exportaciones y del turismo o la cancelación de eventos como el Salón del Automóvil, el Mobile World Congress, el HIMSS evento muy relevante de Salud y Tecnología, HIMSS o el Cesco Week de minería en nuestro país. La ONU cifra un impacto económico mundial de más de 50.000 millones de dólares.

En Chile, con 23 casos confirmados las autoridades de salud siguen atentamente la evolución, con campañas de prevención, aumentando la capacidad control y diagnóstico y reforzando la red de vigilancia epidemiológica del país.

El flujo de Vigilancia Epidemiológica, actualmente es de carácter reactivo y centrado en los Establecimientos de Salud Públicos y Privados; encargados de notificar a la SEREMI las sospechas; quien confirma o rechaza y toma medidas de control y prevención, y notifica al Departamento de Epidemiología del MINSAL; el cual recolecta, analiza y valida datos y realiza las labores de coordinación, comunicación de riesgo, alerta sanitaria y difusión.

Algunos ejemplos de cómo la tecnología permite una vigilancia epidemiológica más activa y centrada en el ciudadano, contribuyendo a mejorar la detección, el diagnóstico, reduciendo el contagio y agilizando la coordinación y comunicación son: Inteligencia Artificial y apps para identificar riesgo de infección y autodetección temprana con recomendaciones y educación sobre qué hacer.

Analytics para analizar rápidamente flujos y hacer tracking de movimientos de los ciudadanos que han tenido contacto con casos confirmados previniendo nuevos brotes. AI para acelerar el Diagnóstico y Tratamiento a partir de Tomografías Computarizadas o para monitorear noticias, redes sociales y documentos gubernamentales para predecir brotes.

Chatbots y plataforma que proveen información en tiempo real, comunican e informan a la población, para evitar el pánico. Robots de Esterilización que limpian y esterilizan salas de pacientes en cuarentena e infectados. Blockchain para el intercambio de información de salud administrativa entre prestadores, pacientes y aseguradoras, reduciendo el contacto cara a cara en los brotes.

Drones para la entrega de medicamentos en zonas afectadas. Telemedicina para consultas de rutina y seguimiento de pacientes sanos evitando que acudan a centros de salud. AI y IOT para detectar condiciones ambientales que favorecen la propagación o detectores de temperatura de personas que transitan zonas neurálgicas como aeropuertos, previniendo riesgos de brotes.

Por el momento, el COVID-19 ha mostrado un alto nivel de contagio y afortunadamente bajas tasas de mortalidad. Pero esto puede cambiar o aparecer nuevos patógenos y epidemias. Se hace necesaria una estrategia para transformar y fortalecer nuestro Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica con una vigilancia activa y centrada en el Ciudadano.

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