Ciberacoso: Responsabilidad familiar y educativa ante una amenaza incógnita

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Las redes sociales no se deben prohibir, pero si tener regulación y control por parte de padres y profesores para prevenir el ciberacoso que provoca graves consecuencias y daños en la salud mental de niñas, niños y adolescentes.

Recientemente se conmemoró el día Contra el Ciberacoso y el Ministerio de Educación presentó una serie de consejos y orientaciones para enfrentar estas conductas y reforzar el trabajo de convivencia escolar, en un año que estará marcado por tres modalidades de clases: Online, Híbrida y Presencial.

Asimismo, el Ministerio de Salud publicó una guía para la prevención del ciberacoso en adolescentes, que entrega información dirigida no sólo a los estudiantes sino también a los familiares, para entender de que se trata este hostigamiento cibernético y algunas recomendaciones prácticas para enfrentar y erradicar las conductas que atentan contra la salud mental de niñas, niños y jóvenes.

Daniela Muñoz Iubini, Psicóloga Infanto Juvenil, indica que existe una tendencia al aumento de situaciones de ciberbullying o ciberacoso teniendo esto un impacto en la salud mental de los jóvenes. Es preocupante el uso de redes sociales por parte de menores de edad, ya que, si bien se manejan y saben ocupar de manera autónoma estas plataformas digitales, no conocen los riesgos asociados a la información e imágenes que comparten en forma virtual.

La psicóloga añade que “cuando nos comunicamos de manera virtual se produce un aumento exponencial en la cantidad de personas a las que estamos expuestos, por lo que el ciberacoso también se incrementa de la misma forma ya que estamos expuestos a más comentarios y amenazas.

Control del ciberespacio

A esto se suma el hecho de que la virtualidad otorga la posibilidad al ciberacosador de actuar de manera incógnita y de acuerdo a lo que explica la académica “eso facilita que la persona que está incurriendo esta conducta, no tenga que revelar su identidad. Mientras que, en el caso del acosado, éste recibe comentarios multiplicados por decenas o centenas y por lo tanto se configura una realidad de acoso que es mayor a la que ocurre en la presencialidad”.

A partir de esta dinámica de comentarios negativos y molestos y otros tipos de hostigamiento, “lo que se genera es un daño mucho más expansivo, lo cual genera un daño similar al bullying “tradicional”.

Respecto a la prevención, la académica sostiene que es muy importante la educación en materia de herramientas virtuales y tanto los padres como los profesores “deben ser capaces de conocer las redes que están utilizando nuestros estudiantes e hijos y hablar de la seguridad que hay que tener al momento de transmitir información y de exponer nuestro día a día. No tiene que existir una prohibición, pero sí regulación asociada a la edad del estudiante, considerando su nivel de madurez y el contenido que produce”.

 

 

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