Señor Director:
En el libro “En vísperas de la revolución mundial” (Am Vorabend der Weltrevolution, 2016) de Torsten Mann y Alexander Benesch, se describen los planes de China y Rusia para destruir a Occidente e instaurar un gobierno mundial comunista bajo las Naciones Unidas.
Los objetivos son claros: La destrucción de los estados nacionales por medio de una súper-estructura planetaria –la ONU– bajo el astuto discurso del “globalismo”. Dicha destrucción no se desarrolla por los medios ‘usuales’ sino a través de la descomposición de la familia y del matrimonio, los “separatismos”, la migración forzada –entre otros protocolos de la Escuela de Frankfurt– y por cierto, por medio de la promoción de gobiernos comunistas –marxistas–.
Todo esto se puede observar en Chile: Lo que ha sucedido no ha sido determinado en el país –lo que evidencia la ausencia de soberanía a pesar de la ridícula monserga que “Chile despertó” y de los “empoderamientos”– sino por los dictámenes del Gobierno Mundial: “Democracia”, “matrimonio igualitario”, “ideología de género” (feminismo), indigenismo y el recambio poblacional a través de la inmigración forzada.
El funesto 18 de Octubre de 2019 es la manifestación local de la “Revolución Mundial” bolchevique.
La visita de ese aciago personaje a nuestro país, Michelle Bachelet –la “Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos”– y su apoyo táctico al comunista Gabriel Boric, evidencia la estratégica planificación del Gobierno Mundial.
Por: Rafael Videla Eissmann