El tomate limachino antiguo es diferente al tomate larga vida que se encuentra en el mercado tradicional. Esta variedad, tiene un sabor mucho más intenso, al igual que el olor, se madura más rápido y es muy jugoso. Además, “no puede trabajarse con mucho químico, entonces por eso, se trabaja a la antigua. Al partirlo se nota los cantos de las pepas, tiene muy marcadas sus semillas”, explica Enrique Jorquera, agricultor tomatero.
Pasaron cerca de 40 años que este tomate no se sembraba, debido a la desigual competencia. “los mercados no lo querían, porque se empezó a trabajar el tomate híbrido, entonces este fue quedando atrás”, cuenta Jorquera.
Pero un proyecto ejecutado por INIA, trajo al tomate limachino antiguo de regreso y gracias a un convenio con Cencosud, desde diciembre se encuentra en las góndolas de cinco sucursales del supermercado Jumbo: Kennedy, Costanera, La Dehesa, Los Dominicos y Portal La Reina.
Aunque Juan Pablo Martínez, investigador del Centro Regional de Investigación, INIA La Cruz, a cargo del proyecto de recuperación de Tomate Limachino se apresura en aclarar que “en un principio, no pensamos en los supermercados, el objetivo era rescatar el tomate de Limache para todo el público. Aquí sucedió que Cencosud se contactó con INIA y la Universidad. Nosotros somos los garantes del convenio de comercialización entre Cencosud y los productores para una negociación equilibrada. Esto es un piloto del modelo de negocio que está a cargo la Universidad Federico Santa María”.
ORGULLO
El avance que ha mostrado el proyecto tiene satisfechos a los pequeños productores. Miguel Sánchez, otro de los agricultores tomateros que forma parte del convenio, señala que “sentimos mucho orgullo. Damos las gracias a INIA, INDAP y Prodesal, que nos apoyaron y al Jumbo que nos está vendiendo los productos, porque estar aquí es representar a los antepasados que mantuvieron esta semilla y gracias a eso la seguimos disfrutando nosotros”.
Daniel Morales, alcalde de Limache, también reconoce lo que hay detrás de este tomate. “Aquí no es sólo que llegue un producto a un supermercado, hay mucha historia atrás. Acá está el corazón de Limache en Santiago. Quiero agradecerle al INIA y al trabajo científico que desarrollaron, el trabajo investigativo que permitió rescatar este fruto que es tan característico de nuestra tierra. Hoy, después de un trabajo comprometido con el INIA, INDAP, la Universidad Federico Santa María y obviamente nuestros agricultores, han hecho posible que esté acá”.
Carolina Contardo, Product Manager de Cencosud relata que el “proyecto partió hace poquito más de un año. Nuestros clientes hace mucho rato nos estaban pidiendo un tomate que cumpliera con las características del tomate antiguo, es decir que tuviera sabor, que tuviera olor. Entonces ahí fue naciendo el tema. Sabíamos que ya había un desarrollo con el tema de la semilla, pero todavía no estaba tan consolidado como este año, con kilos importantes que podían ser sacados a supermercado”.
“A la fecha llevamos como cuatro años y estamos cosechando más, ahora apareció el supermercado comprándonos el tomate y con esto despegamos. Vamos a seguir, porque está creciendo, la gente lo está reconociendo”, dice Sánchez quien había cultivado por última vez el fruto en los años 80.
La recuperación del tomate limachino antiguo vino de la mano del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), con financiamiento de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA) y el apoyo de la Universidad Federico Santa María y el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), en un proyecto que se ejecutó durante dos años y en el que se embarcaron 13 pequeños productores del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de Limache y Olmué.
Actualmente, el proyecto se plantea nuevas metas: “el INIA y la Universidad están sacando la marca y tratando de trabajar el proyecto de denominación de origen que es el valor agregado. Hay dos hitos que hay que cumplir: el sello territorial, ya sea con indicación geográfica o denominación de origen y resolver cómo hacer durar un poco más el tomate limachino porque respira mucho, produce mucho etileno y se madura, de lo contrario volverá a desaparecer”, señala el investigador de INIA.
Por otro lado, agrega que “el tomate tiene problemas de producción en invierno por las bajas temperaturas, pero se está tratando de hacer un sistema de producción escalonada para regular el volumen y tener siempre. Aquí son 13 agricultores y el INIA está trabajando en un Grupo de Transferencia Tecnológica de tomate limachino y de esa forma estamos en terreno dándole una continuidad a los manejos agronómicos que mejoren la calidad del tomate”.