Funcionarios de las áreas técnicas, y de trato directo con internos, están siendo capacitados durante toda la presente semana.
Con el objetivo de disminuir el riesgo de reincidencia entre condenados por delitos sexuales que se encuentran en unidades del subsistema cerrado, profesionales de Gendarmería está siendo capacitados para evaluar el riesgo de violencia sexual e intervenir criminológicamente a esta población penal. Todo esto enmarcado en el Programa de Privados de Libertad.
La capacitación al primero de tres grupos de funcionarios se realizó durante toda la presente semana en dependencias del instituto AIEP de Valparaíso. La instancia está a cargo de la psicóloga Marcela Dolz Rebolledo y en ella participan 25 funcionarios de distintas unidades penales del subsistema cerrado, quienes cumplen labores de gestores de caso.
La psicóloga, integrante del departamento de reinserción social del sistema cerrado, sostuvo que “el objetivo último es disminuir el riesgo de que la persona intervenida vuelva a cometer violencia sexual. En general en la violencia sexual la víctima no es solo la persona a la cual violenta el condenado, también lo es la sociedad y familia. El efecto es bastante amplio cuando uno evita que alguien vuelva a cometer un delito sexual”.
“Antes de comenzar a intervenir tenemos que evaluar el riesgo de la persona y para esto ocupamos un instrumento que ya está instalado en Gendarmería, que es el inventario para la gestión de casos de intervención, y un instrumento específico que el RSVP, que significa Protocolo para la Valoración de Violencia Sexual”, agregó Marcela Dolz.
La población objetivo de este plan son los hombres condenados por delitos sexuales que posean un riesgo medio o alto según el RSVP y un factor, actitud y orientación pro criminal medio o alto en el Inventario para la Gestión de Caso e Intervención. Además, los internos deben demostrar su voluntariedad para asistir al programa y tener un saldo de condena no inferior al año y medio.
El Programa se extiende por un año, periodo en el cual se realizan dos sesiones semanales, totalizando 88 al final del mismo. La intervención consta de cuatro etapas: psicoeducativa, de sensibilización, psicoterapéutica y de cierre y evaluación. Las cuatro fases conjugan talleres y sesiones grupales e individuales.
Una vez culminada la capacitación a los tres grupos de profesionales en valoración de la violencia sexual se dará paso a una segunda. Esta se enfocará en la intervención especializada, que en la práctica contempla módulos, talleres y sesiones pauteadas.