“Es importante establecer la verdad de lo sucedido en el pasado, tomar todas las medidas necesarias para evitar que se repita en el futuro”, manifestó este miércoles el arzobispo de Malta, Charles Scicluna.
El prelado que encabeza la segunda misión del Vaticano respecto de abusos sexuales cometidos por miembros de la iglesia chilena en contra de menores de edad y feligreses, acuñó esas palabras del emérito Papa Benedicto XVI, para manifestar cual es la prioridad que debe tener la institución para reconciliarse con las víctimas y repararlas.
Scicluna y monseñor Jordi Bertomeu fueron exponentes en un seminario realizado este miércoles por la Universidad Católica para la formación de canonistas de curias diocesanas del país, oportunidad en la que el primero sostuvo que la acogida de víctimas denunciantes de abusos debe ser principio rector en el accionar de la iglesia.
“La necesidad de analizar los hechos con espíritu imparcial en todos los casos. Ésta es la labor que se atribuye al delegado en una investigación previa y ha de constituir la base de toda sentencia, de toda decisión, en todos los casos”, enfatizó en una declaración a la prensa tras el encuentro.
También dijo que “para ayudar a establecer y admitir la verdad de lo realmente ocurrido en un caso concreto, el Derecho Canónico ha desarrollado normas específicas para investigar el delito, para oír a la víctima y a los testigos, para la confrontación con el acusado, garantizando al menos un mínimo de lo que en jerga jurídica se conoce como “contradictorium” (cada parte tiene la posibilidad de defender sus argumentos y responder ante los de la parte contraria)”.
Subrayó que “la negación deliberada de hechos conocidos y la preocupación fuera de lugar por dar absoluta prioridad al buen nombre de la institución en detrimento de la legítima revelación de un delito”, agregó.
“Reconocer y admitir la verdad completa, con todas sus dolorosas repercusiones y consecuencias, es el punto de partida para una curación auténtica, tanto de la víctima como del autor de los abusos (…) Estos hermanos y hermanas merecen especialmente nuestra atención y asistencia”, concluyó.
MANIFESTACIÓN
La visita de los emisarios papales a la UC no pasó inadvertida para algunos de los alumnos del plantel que se manifestaron ante ellos para reclamar el abandono en el que tiene el Vaticano a la casa de estudios, sobre todo en su lucha en favor del feminismo y los abusos de connotación sexual y sexista.
“La UC es parte de la iglesia, Háganse cargo”, “La toma no fue un acto de violencia. Fue un grito de socorro”. “Necesitamos que el papa nos ampare”, fueron algunas de las pancartas que portaron los jóvenes al ingreso de Scicluna a la UC.
Por: Aton