Por: Doctora Carmen Gloria Aylwin, presidenta de la SOCHED:
Chile es el mayor consumidor de bebidas del mundo y un país en que este gasto familiar supera al de legumbres y frutas. Motivo que, en gran medida, nos ha llevado a contar actualmente con un 12,3% de nuestra población con Diabetes (en relación al 9,4% que había en 2010). Los afectados son principalmente adultos mayores, con una cifra que supera los 400 mil personas con Diabetes en este grupo etario, edad en la que esta enfermedad suele ir asociada a otras enfermedades propias del envejecimiento y a un deterioro de las capacidades cognitivas.
En este contexto, esta semana la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes (SOCHED) efectúo un curso de actualización para médicos no especialistas que tuvo como uno de sus temas principales el enfrentamiento terapéutico de la Diabetes en el adulto mayor. La presidenta de la SOCHED, doctora Carmen Gloria Aylwin, entregó algunas recomendaciones para un tratamiento personalizado y adecuado de acuerdo a las condiciones de cada paciente, considerando que en los mayores un factor importante a considerar antes de definir terapia es la presencia de fragilidad.
¿Cuál es el principal mensaje que se busca transmitir este año en relación a la precaución y tratamiento de la Diabetes en el adulto mayor?
Los objetivos de control, los fármacos a usar y el cuidado general del paciente, deben ser personalizadas. Se considera adulto mayor desde los 65 años en adelante, sin embargo no todos los adultos mayores se encuentran en la misma situación clínica. No es lo mismo tener 65, 80 o 90 años, de manera que la edad per sé marca una diferencia. Pero aún más que la edad hay que considerar la condición en que está el paciente. Muchas veces nos encontramos con personas de 90 años que están en mejores condiciones de salud que alguien de 65 años que presenta patologías serias o trastornos cognitivos que se deben considerar al momento de planificar la terapia. Por esto se debe evaluar a cada paciente de forma integral, tomando en cuenta su estado cognitivo, su estado físico, si es independiente o depende de otros para su vida diaria o si es capaz de entender correctamente las indicaciones médicas. Todo eso define nuestro objetivo de control y las herramientas que debemos usar, pensando siempre en la seguridad terapéutica.
¿Cuál es la definición del grupo de adulto mayor frágil y por qué su tratamiento es prioritario?
Se considera que el adulto mayor es frágil si tiene más de 75 años, si se padecen de comorbilidades crónicas como cardiopatías, enfermedad renal u otras patologías, si son dependientes para las actividades de la vida diaria, quienes tienen expectativa de vida menor a 5 años, deterioro cognitivo, tendencia a las caídas etc. Todas estas situaciones condicionan que son personas más delicadas y que cualquier situación las puede desestabilizar de manera importante, lo que puede traer consecuencias graves para su salud.
¿Cómo abordar el tratamiento de los adultos mayores frágiles?
Hay que entender que si tenemos por delante 3 pacientes de 70 años, es probable que a los tres les dejemos un tratamiento diferente. Si una persona de 70 años me dice “doctora vengo llegando de un partido de tenis”, se ve autovalente, optimista, sin patologías importantes asociadas etc. , en este caso podré fijarme objetivos de control un poquito más exigentes que en un paciente de 70 años que está postrado, con otras patologías importantes o que tiene dificultad para entender . Por otra parte se debe considerar que siempre en el adulto mayor los fármacos a usar deben darnos la mayor seguridad terapéutica especialmente en términos de no arriesgar al paciente a tener hipoglicemias.
¿Cuál es el aporte de la SOCHED en este contexto?
Como sociedad científica tenemos un rol fundamental en actualizar a los médicos no especialistas y/o de atención primaria en el tratamiento de la Diabetes. En estos cursos entregamos las principales herramientas farmacológicas y no farmacológicas (que son muy importantes) para el mejor tratamiento de los pacientes, enseñamos los diferentes recursos disponibles y la mejor forma de usarlos, especialmente en un momento en que hay muchos fármacos disponibles. Todos los fármacos tienen beneficios y contraindicaciones, sin embargo hay algunos que ofrecen mayor seguridad terapéutica. Antes de indicar el tratamiento farmacológico se debe conocer muy bien las características del paciente y las del fármaco, tratando siempre de usar aquellos que nos den mayor seguridad o que tengan beneficios adicionales en un paciente en particular. Por ejemplo, en los adultos mayores se deben privilegiar el uso de fármacos con bajo riesgo de hipoglicemias.