Por: Arnaldo Canales / Fundación Liderazgo Chile Experto Educación Emocional
El 10 de septiembre conmemoramos el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una iniciativa impulsada por la OMS para crear conciencia sobre la importancia de abordar colectivamente este problema de salud pública. En Chile, el suicidio cobra la vida de 10,3 personas por cada 100 mil habitantes, situándonos como el sexto país con la mayor tasa de suicidios en América Latina, según datos del organismo internacional.
Para abordar esta problemática es fundamental reconocer que, como comunidad, podemos contribuir a sensibilizar a otros sobre este tema, siendo para ello esencial reflexionar sobre las habilidades que adquirimos a lo largo de la vida para enfrentar momentos adversos. Esto nos permitirá anticipar la enfermedad y resaltar la importancia de la educación emocional.
A través de la educación emocional podemos desarrollar y validar nuestra autoestima, autoconcepto y autoapreciación, fortaleciendo nuestra resiliencia y descubriendo aspectos positivos de nuestra personalidad y comportamiento.
Buscar estrategias para prevenir esta enfermedad es una tarea pendiente. Ser conscientes de nuestras carencias emocionales y del impacto de nuestro temperamento y comportamiento en los demás nos permitirá abordar problemas como la ansiedad, el estrés, las conductas disruptivas asociadas a la ira, la impulsividad y la falta de autoestima.
Como Fundación Liderazgo Chile consideramos crucial promover el aprendizaje de habilidades socioemocionales y la construcción de relaciones justas y conscientes que fomenten el bienestar social. Solo a través de este proceso podemos crear un ambiente propicio para abordar esta urgente problemática social.