Sin pretenderlo la artesana textil María Isabel Allende (66), del sector Quebrada Herrera en Putaendo y usuaria del Servicio de Asistencia Técnica de Turismo Rural y Artesanías de INDAP, está trabajando en el valioso rescate de tradiciones ancestrales. Primero con el tejido en horquilla que heredó de su bisabuela y más recientemente con el cultivo de algodón con el que ya tiene 40 plantas en producción y otras 184 listas para ser trasplantadas.
Este último proyecto es el que la tiene más entusiasmada, el 2020 obtuvo 800 gramos de algodón para sus tejidos y en el actual período de cosecha (entre diciembre y abril) espera poder tener una mayor producción tras mejorar algunas prácticas del cultivo. Dice que su interés en esta planta surgió luego de ver un programa de TV donde se mostraba la producción de algodón en el sector de Pulpica Alto, en la región de Coquimbo.
“El 2006 conocí a una persona por un programa de TV, me contacté con ella y compré algodón, ahí probé que podía trabajar algodón hilado. Pasó el tiempo, pero siempre con la idea de cultivarlo. Después me topé con una persona que tenía semillas y probé cómo se daba la planta, pero tuve problemas con el abono. En otra ocasión me las comieron los conejos. Volví a plantar semillas, y ahí pedí ayuda a INDAP San Felipe, y hace dos años estoy produciendo mi propio algodón”, comenta.
RESISTENCIA
Una de las características que esta artesana destaca de la milenaria planta es su resistencia a temperaturas extremas y la adaptación que ha tenido en el territorio: “Este invierno estuvieron al descubierto con heladas y las plantas vivieron igual. En verano las riego cada dos días y en invierno una vez a la semana, la planta es muy resistente, incluso las trasplanté y brotaron mucho mejor, miden cerca de 2 metros y están muy lindas. Lo único es tener especial cuidado con las plagas y enfermedades que la afectan”, precisa esta emprendedora.
Cabe señalar que el algodón tiene una tradición de más de mil años en América Latina, y fue usado por antiguas civilizaciones, entre ellas los pobladores de la Cultura Chinchorro para sus líneas de pesca y ornamentos mortuorios. Actualmente su cultivo se realiza en pequeñas comunidades rurales (donde existen algunos proyectos de rescate) y nada tiene que ver con el algodón industrial que se conoce en las prendas que se importan desde China, India o Estados Unidos.
“La planta da una flor que debajo tiene un capullo que va creciendo, luego de un tiempo los pétalos se marchitan y caen, el fruto de algodón crece, para posteriormente abrir sus cápsulas y aparecen las semillas”, comenta la artesana, quien explica que las fibras de algodón se originan alrededor de estas semillas, luego se cosecha, el algodón se escarmena hasta que queda parejo y suave y posteriormente se va hilando. Después se teje dando origen a distintas prendas textiles.
TEJIDO EN HORQUILLA
María Isabel Allende también es conocida por su trabajo de tejido en horquilla (técnica antigua de tejido que se realiza con una aguja en forma de “U” y un crochet). Práctica heredada de su bisabuela y que junto a la menor de sus hijas ha desarrollado y profesionalizado. Lleva más de 30 años confeccionando productos en forma artesanal y para ello utiliza materiales como fibra de alpaca, lana de oveja, lino, y más recientemente su propia producción de algodón, además destaca el uso de cobre reciclado en las prendas de vestir.
“El tejido en horquilla lo tengo por herencia familiar de mi bisabuela, ella hilaba y tejía y hacia las blondas a toallas, sábanas, enaguas y manteles. Yo me hice tejedora en horquilla porque desde chica conocí la técnica, e investigué, aprendí y fui incorporando cosas y haciendo una diversidad de productos como vestidos de niña, ponchos, chales, joyas y bajadas de cama, donde también mezclo aplicaciones de cobre reciclado con el lino”, explica.
APOYO INDAP
Esta emprendedora ha accedido a proyectos de inversión de INDAP que le han permitido mejorar la implementación para su trabajo productivo, entre ellos una bodega y equipamiento. También ha recibido asesoría especializada y acceso a créditos, además de su participación constante en importantes muestras y exposiciones regionales y nacionales como la muestra de artesanía Manos Maestras en Viña del Mar, la Muestra de Artesanía UC en Santiago y el Festival Gastronómico Cerro de Sabores en Valparaíso, entre otros eventos. Junto con su labor como artesana textil, también cuenta con producción de aves, huerta casera, plantas medicinales y huerto polifrutal (damascos y olivos).
“Estamos promoviendo el rescate de las tradiciones ancestrales entre nuestros usuarios y apuntando hacia la sustentabilidad en los sistemas productivos de los agricultores. Queremos que en este sentido se releve el trabajo de los emprendedores potenciando la agricultura familiar campesina y que vean en estas iniciativas, como la de esta artesana de Putaendo, una alternativa real de emprendimiento y desarrollo”, expresó el director regional de INDAP, Fernando Torregrosa.