Por: Moris Beracha
Recientemente en Chile se llevó a cabo un plebiscito que tenía como finalidad consultar a la población si estaba o no a favor de cambiar la actual Constitución, promulgada bajo la dictadura de Augusto Pinochet. Casi 89% del universo electoral aprobó la sustitución de la Carta Magna.
Como resultado de lo anterior, la Bolsa de Santiago cayó 2,86%, con especial énfasis en las acciones del sector bancario. El mercado cambiario también se vio afectado, y el dólar estadounidense sufrió una importante depreciación.
Analistas de la firma Ficht han señalado que es posible que, debido a lo largo que resultará el proceso constituyente, el cual se estima en dos años, es posible que muchos inversionistas, tanto locales como foráneos, detengan el flujo de colocación de sus capitales en el mercado chileno.
Quiérase o no, la incertidumbre política es una “sensación” que podría frenar algunas posibilidades de inversión y recuperación económica. Otras calificadoras, como es el caso de Moody’s, son de la opinión que no se prevé cambios significativos sobre todo en lo concerniente al ámbito de la economía de Chile, ya que la amplia mayoría está de acuerdo con la preservación de elementos clave en el modelo económico de ese país.
La incertidumbre política, el comentario de algún alto funcionario gubernamental, el cambio del partido del gobierno de turno, elecciones y otros acontecimientos ligados a la toma de decisiones de corte político pueden definir el rumbo del acontecer económico. Las reacciones de inversionistas nacionales y foráneos vienen dadas por esta condición.
Colombia es otro caso al que vale hacer mención. Hace algunos meses, el presidente del Banco de la República (banco central), Juan José Echavarría, expresó su preocupación por las cifras de crecimiento, considerándolas “insuficientes”, ante lo cual varios ministros de la administración de Iván Duque le salieron al paso y les instaron a no hacer comentarios sobre el desempeño económico, sino centrarse en el manejo prudente de la política monetaria.
La discusión de carácter público fue una muestra de lo polarizado que estaba el ambiente en Colombia, situación que, en cualquier país con similares características, podría afectar la confianza y las expectativas: dos variables que inciden en las decisiones tomadas por los inversionistas al momento de escoger un lugar seguro para establecerse.
En la mayoría de los países, sobre todo en América Latina, existe el riesgo de que el devenir político marque el rumbo del comportamiento de la economía. Aunque siempre se ha afirmado que ambos componentes no deben ser mezclados, la realidad nos ha mostrado que los inversionistas y los mercados toman la mayoría de sus decisiones basados en el acontecer político de la región en la cual están planificando establecerse.