Sesenta millones de italianos recibieron la consigna de quedarse en sus casas, una medida sin precedente para frenar el avance del nuevo coronavirus en Italia, país que registró sin embargo este martes 168 nuevos fallecimientos, un récord en 24 horas, mientras en China, la epidemia estaba “prácticamente contenida” en Wuhan.
Desde su aparición, a finales de diciembre, el nuevo coronavirus ha contagiado a 117.356 personas en 107 países y territorios. De ellas, 4.252 han muerto, según el último balance de la AFP, con cifras oficiales. La enfermedad se acerca ya a la pandemia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Fuera de China, este martes se superó la cifra simbólica de los mil muertos, con decesos principalmente en Italia (631 muertos), Irán (291 muertos), Corea del Sur (54 muertos) y España (36 muertos).
Sin contar que, como consecuencia de la epidemia, “se cerraron las escuelas en 15 países, afectando a 363 millones” de jóvenes, alertó la Unesco.
Siguiendo la estela de Italia y la República Checa, Grecia anunció el martes el cierre de todos sus centros escolares.
Un día después del “lunes negro”, las bolsas mundiales cerraron de nuevo con pérdidas, pese a que iniciaron la sesión en verde impulsadas por la recuperación del precio del barril de petróleo y la esperanza de medidas fiscales en Estados Unidos.
SUPERMERCADOS VACIADOS
“Me quedo en casa (…) Toda Italia será una zona protegida”, resumió el jefe de gobierno Giuseppe Conte, que decidió extender a todo el país las medidas que ya habían confinado desde el domingo a la población del norte de la península.
Todos los italianos deberán “evitar los desplazamientos” salvo para ir a trabajar, comprar víveres o recibir cuidados médicos. Todas las reuniones multitudinarias de personas quedan también prohibidas.
Italia se convierte así en el primer país del mundo en extender a todo su territorio estas medidas draconianas, calificadas de “audaces” por la Unión Europea, para intentar contener la epidemia que ya se ha cobrado 631 vidas y ha contagiado a más de 10.000 personas.
Desde el lunes por la noche, la gente corrió a los supermercados a comprar comida para poder permanecer confinados en casa varios días.
“Como si hubiera una guerra”, resumía un comerciante. “La pasta, la salsa de tomate, el atún o el papel higiénico son los productos más solicitados”, agregaba Michele, empleado de una tienda en Roma.
Después del anuncio del confinamiento en Italia, España fue este martes el primer país en anunciar la suspensión de todas las conexiones aéreas con dicho país hasta el 25 de marzo.
Varias aerolíneas, como British Airways, Air France, Ryanair, Easyjet o Wizz Air, anunciaron también la suspensión de sus vuelos a la península.
Y Eslovenia señaló que cerraba su frontera con el país alpino, con el que comparte 232 km, después de que Austria limitara la entrada en su territorio de las personas procedentes de Italia.
El Vaticano ha decidido además cerrar al público la basílica y la plaza de San Pedro hasta el 3 de abril. Horas antes, el papa había pedido a los sacerdotes que tuvieran la “valentía de salir e ir a visitar” a los contagiados por el nuevo coronavirus.